Skip to main content
Blog Antropología UAM

Mi experiencia AOP

Como algunos de ustedes tal vez lo saben, en este momento mis colegas y yo nos encontramos en Madrid, España, estudiando Antropología de Orientación Pública en la Universidad Autónoma de Madrid por un año. Los que supieron de este gran proyecto de vida a veces nos preguntaron con curiosidad y un poco de confusión qué era este programa y qué nos había llevado a escogerlo. Hoy en día parece haber tanto enfoque en los avances tecnológicos y la economía terciaria, que las humanidades se entienden como algo en decrecimiento que las universidades de artes liberales en Norteamérica enseñan a estudiantes con aspiraciones “ingenuas” de cambiar un mundo cada vez más alejado de su lado humanista.

Sin embargo, contrario a la opinión popular, estamos enteramente convencidas de la relevancia e importancia de las ciencias sociales para ayudarnos a entender el mundo actual, cómo llegamos hasta aquí, y cómo podemos forjar un camino hacia adelante que mantenga la justicia social como uno de sus objetivos esenciales. ¿Entonces, cómo podemos entender la antropología y su papel en esta misión?

La antropóloga ecuatoriana Fadia Paola Rodas Ziadé, investigadora de Antropología UAM, recibió el Premio ASAEE

Partimos desde la conceptualización de Borofsky para empezar a explicar la Antropología de Orientación, definiendo las palabras una a una:

La antropología puede entenderse como el uso de metodologías, lentes, o miradas interdisciplinares como la etnografía analítica, junto con las habilidades sociales de los investigadores, para entender e interpretar la diversidad humana, los colectivos, y sus organizaciones sociales, a partir de la subjetividad e interrelación de todos los involucrados. La antropología se interesa por estudiar de manera crítica y comprometida las dinámicas y problemáticas sociales que atraviesan a los sujetos desde lo cotidiano y local, hasta las estructuras sistémicas y sociales donde se sitúan. Su objetivo es hacer una reflexión crítica sobre las maneras de abordar eficazmente los problemas sociales y fomentar nuevos enfoques colectivos para instigar la transformación social. Como tal, la antropología de orientación pública puede entenderse como un vehículo de cambio social desde la gente, con la gente y para la gente. ¿Cómo no creer que tal enfoque es más necesario ahora que nunca en un mundo amenazado por crisis eco-sociales y la necesidad de imaginar y crear futuros alternativos?

La orientación de Antropología de Orientación Pública se define a través de la pregunta: para qué? Más allá de la idea de no hacer daño, Borofsky nos plantea la posibilidad de poder orientar nuestro trabajo para beneficiar a los demás. El propósito de esta área es actuar como un “antídoto contra el odio, el provincialismo y la desesperanza" (Borofsky, 2023:2). Es una herramienta para el bien común que se crea a partir de relaciones de mutuo beneficio entre investigadores y las comunidades que estudian

Lo público como un compromiso de la disciplina más allá de los circuitos cerrados de la academia, en diálogo directo con públicos amplios y diversas como la ciudadanía, las comunidades locales, los movimientos sociales, los medios, personas responsables políticas y, especialmente, estudiantes, buscando no solo describir la vida social sino también replantear debates y transformar comprensiones colectivas de los problemas sociales. Para el antropólogo, “pública” implica contraponerse al estilo académico autorreferencial (investigar para contribuir a la carrera individual de una misma dentro del circuito universitario) y producir conocimiento accesible, transparente y útil, orientado a disminuir el sufrimiento humano y a beneficiar a otras y otros. Se trata de una opción ética y política que sitúa a la antropología en el espacio compartido entre la teoría y la práctica, trabajando con (y no sólo para) distintos públicos, y asumiendo que la disciplina cobra sentido cuando contribuye a la esfera social en la que está inmersa.

{module title="SocialShare--Back to blog"}